Puedo escribir mil veces
decir o repetir lo que se ha dicho
sucumbir en el veneno de las palabras
aquellas que están en desuso
sin pensarlo, sin sentirlo.
puedo creer, sentir, alzar la voz
pero no puedo desdecirme de lo escrito.
solo queda sucumbir
a la fuerza de esa palabra
a ese registro eterno
que nadie borra
ni siquiera el fuego infernal
de las brasas ardiendo el papel.
una única sensación me queda
que aquello escrito
(como esto)
sea un simple juego
un juego que nos condena a través de la tinta.
por eso, siempre lo sostuve:
escribir lleva implícito sus riesgos.